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En el espacio pedagógico de los pequeños de  3 y 4 años que integran los grupos de 1º. y 2º. de jardín, se propicia que el niño viva con plenitud su ritmo natural de maduración; sin presiones, sin coacción, sin prisa; en un espacio lúdico de múltiples aprendizajes.
 
Cuando a los 5 años los educandos pasan a Preprimaria nos ocupamos particularmente del desarrollo de 3 áreas: la afectiva-emocional, la psicomotriz y la intelectiva o cognoscitiva; introduciendo gradualmente al educando en el ámbito de la lecto-escritura.

Si la base en la que se asienta la vida social es el trabajo, los niños deben participar desde temprana edad de él a la medida de sus fuerzas.

 

El juego es el elemento de enlace para conseguirlo.

Todos los niños sanos juegan y les gusta jugar ya que ello les proporciona una gran alegría. A través del juego la educadora incorpora al niño a la colectividad, amplía y precisa sus conocimientos.

 

El juego debe tener siempre un sentido educativo. Hay muchos juegos de esta índole y son éstos los que se practican cotidianamente en nuestras aulas de Preescolar.

Conferimos más importancia a la parte formativa que a la informativa. No subvaloramos la importancia del conocimiento, simplemente valoramos más los aspectos psicomotrices, sociales, afectivos, el desarrollo del lenguaje y hábitos que sirvan de fundamento sólido a todo proceso escolar ulterior.


Sí importan los conocimientos, mas no aquellos que con sangre entran sino los que entran con una metodología presidida por la calidad amorosa de las educadoras.

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